Trucos para moderarte estas Navidades sin dejar de disfrutar y sin culpa

La Navidad está a la vuelta de la esquina y con ella vienen todas esas reuniones familiares, de amigos, cenas de empresa y demás eventos sociales, en donde vamos a tener delante cantidades ingentes de comida, que a todos y a todas nos encantaría poder disfrutar sin ningún impedimento y, lo que es más importante, sin sentimiento de culpa.

Ahora bien, sois muchas las personas que llegáis a la consulta con miedo y con ansiedad con preguntas como: Nuria, ¿y la dieta?, ¿me la salto?, ¿no voy a la reunión?, ¿qué hago?

Pues bien, aquí te traigo un artículo en el que te comparto mis trucos para moderarte estas navidades sin dejar de disfrutar y sin culpa.


Antes de nada quiero dejar muy claro que yo soy partidaria de que hay que disfrutar y que a la vida hemos venido para eso. Y es normal sentir hasta miedo de estas fechas cuando llevas una dieta correcta y no quieres desviarte, pero hay que tener en cuenta que las Navidades son 4 días. 

Y en esos 4 días se pueden comer dulces navideños y las comidas típicas de estas fechas, y eso está dentro de lo normal. Lo que ya no es normal es comenzar a consumir turrones en noviembre.😅

El problema viene cuando pierdes el control, cuando comes algo a escondidas de tí misma (si te ha pasado, sabrás a lo que me refiero).

Así que sigue leyendo atentamente, que paso a detallarte mis trucos para moderarte estas navidades sin dejar de disfrutar y sin culpa.


Ejercicios de programación neurolingüística (PNL) 

Cuando llegue el momento en el que estés delante de un montón de comida rica y apetecible y una parte de tí te esté diciendo: “esto no deberías comerlo, esto engorda, ¡aquello ni se te ocurra tocarlo!”, vas a entrar en una lucha de poder.

Aquí vas a entrar en un pulso en el que tu parte racional, que es un 5% te va a decir: “no, no lo voy a hacer”, “esto me sienta mal”, “eso me engorda”, “aquello no es bueno para mi.” Pero tu parte subconsciente, que es el 95%, va a ganar la batalla.

Pero yo te propongo que realices dos ejercicios de programación neurolingüística, que son dos anclajes (proceso en el que asociamos un estímulo a un estado emocional).

Primer anclaje

Cuando estés en esa situación hazte la siguiente pregunta: ¿qué comería Nuria si estuviera aquí?

Esto, a priori, puede parecer una tontería, pero le va a crear una ruta neuronal a tu cerebro, porque ya sabes cuáles son las pautas que tienes que seguir, y vas a ir, sin quererlo, haciendo esa ruta neuronal de elección de alimentos, basada en lo que yo elegiría.

Segundo anclaje

Recoger las opciones.
Cuando llevamos mucho tiempo moderándonos con todos aquellos alimentos que nos apetece comer, pero que no lo hacemos y llega el momento de sentarnos delante de esas mesas en las que la comida parece infinita y toda es muy apetecible, tu cerebro hace clic y dice: “de perdidos al río”.

Es entonces cuando arrasas con todo y entras en culpa, vas a tener una digestión fatal y te va a sentar mal la comida. Además, si hay un proceso de pérdida de peso, este se va a ver bloqueado y afectado. Y esto es precisamente lo que hemos de evitar: entrar en piloto automático.


Lo que yo te propongo en este anclaje te lo voy a explicar con la siguiente metáfora:


Si yo entro en una tienda online para comprarme algo bonito y empiezo a ver un montón de cosas que me gustan, yo sé cuál es mi presupuesto y que de ahí no me puedo pasar. Por lo tanto, me compraré un pantalón, una blusa y unos zapatos y saldré de la página web. Lo que estoy haciendo aquí es negociar con mi saldo. 


Si trasladamos esto a nuestro saldo vital, nos haremos la siguiente pregunta: ¿es más importante lo que deseo ahora que lo que no deseo tener después?


“Cuando es más importante lo que NO quieres, que lo que SÍ quieres, es un signo de madurez emocional.”

Trasladado a la alimentación, si yo no me corto y me como todo lo que quiero, luego voy a tener que lamentar ciertas consecuencias, porque yo no tengo saldo para digerir todo eso. 


En otras palabras, cuando lo que NO QUIERO es tener sensación de culpa, digestión pesada, sentirme mal al día siguiente, tener problemas en el tránsito intestinal o frustrar el proceso que llevo de alimentación, es más importante para mi que LO QUE SÍ QUIERO en ese momento, es decir, comer algo rico para que me de una satisfacción inmediata, eso es signo de madurez emocional y de que estoy haciendo las cosas desde la consciencia.

Por tanto, ¿qué puedo comprarme? Pues una croqueta, un poco de queso, un trocito de tortilla y no como pan y paso del postre. Y como son muchos días, esto otro ya me lo comeré otro día. Se trata de hacer diálogo con nuestra corteza prefrontal, que es donde reside el autocontrol.


Como colofón, y de cara a evitar las malas digestiones, empachos, malestar, sensación de resaca (tanto por la mezcla de comida como por la ingesta de alcohol) etc, podemos ayudarnos de enzimas digestivas y de cardo mariano o suplementos que incluyan este último, antes y después de ir a estas reuniones o eventos y al día siguiente ayunar un poco, cenando ligero, no desayunando al día siguiente e hidratándose mucho.


Para finalizar este artículo, sólo me queda desearte unas felices fiestas a ti y a los tuyos y que todos mis trucos te sirvan y los puedas poner en práctica.

Por supuesto, si te ha gustado el artículo, no dudes en compartirlo y seguirme en Instagram para más consejos de nutrición, y, lo más importante, no te olvides de disfrutar de la vida, que para eso estamos aquí. 😉


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